Tabaquismo en cifras
• En España 8 millones de hombres y 4 millones de mujeres fuman.
• Unos 3 millones de personas mueren anualmente en el mundo a causa de la adicción al tabaco; en nuestro país son 40.000.
• De cada mil muertes, 4 son causadas por accidentes laborales, 17 son debidas a accidentes de tráfico y 100 al tabaco.
• Una cuarta parte de los fumadores habituales fallece precozmente, algunos incluso 30 años antes de la esperanza de vida media.
• El tabaco es responsable del 90% de las muertes por cáncer de pulmón, de más del 80% por bronquitis y enfisemas y de un 20% de las muertes por cardiopatías.
• De los fumadores, el 48% son hombres. El 25% son mujeres, pero esta cifra va en aumento.
• Las mujeres entre 16 y 25 años son las que han aumentado el consumo de tabaco últimamente.
• La edad de inicio al consumo de tabaco es la adolescencia. Más de la mitad de los niños españoles ya ha fumado a los 15 años.
Recomedaciones para mantener el peso
Más que seguir una dieta estricta el especialista aconseja adoptar una serie de medidas saludables y lograr cambiar los malos hábitos alimentarios. Así, por la mañana se recomienda tomar un desayuno muy abundante en el que se puede comer de todo sin restricciones, ya que disponemos de muchas horas por delante para quemar la energía que consumimos. Al medio día la comida ha de ser sana: ensalada, carne o pescado a la plancha... Aunque menos, todavía contamos con algunas horas para quemar la comida. Y por la noche una cena muy ligera: un poco de fruta, un yogur... Para dormir no necesitamos energía, por ello lo que se cene de más, se almacena en forma de grasa.
Tampoco conviene estar muchas horas sin comer durante el día y por ello hay que desayunar bien. El ayuno prolongado desequilibra todo el metabolismo del cuerpo.
Además, conviene seguir estas recomendaciones:
• Aumenta el consumo de frutas y verduras
• Evita aperitivos y picoteo entre horas.
• Bebe mucha agua
• Nunca olvides que existe una comida que adelgaza: la que se queda en el plato
Motivos para dejar de fumar
- Mejorará mi salud y mi forma física
- Aumentará mi autoestima
- Ahorraré dinero
- Mejoraré mi imagen
- No perjudicaré a los demás
- (Añade otros)
Motivos para seguir fumando
- No hay ninguno
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Dejar de fumar sin engordar (.. y 5ª parte) |
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Josep Tarradellas i Joan.. Ja sóc aquí |
Avui fa 30 anys que va retornar de l'exili Josep Tarradellas i Joan, va nèixer a Cervelló l'any 1899 i va morir a Barcelona l'any 1988. De jove va militar en diverses organitzacions d'esquerra i nacionalistes. En 1931 va ser secretari general d’Esquerra Republicana de Catalunya. Diputat en les Corts Constituents espanyoles de 1931, va ser conseller de Governació i de Sanitat sota la presidència de Francesc Macià, i durant la guerra civil de 1936-1939, conseller de Serveis Públics, Economia i Finances, i Cultura. Exiliat a França en 1939, al dimitir el President Josep Irla, va ésser triat President de la
Generalitat en l'exili en l'ambaixada de la República Espanyola a Mèxic l'any 1954.
Després de la mort del general Franco en 1975, en 1977 va ser cridat a Madrid pel president del Govern Adolfo Suárez (també va ser rebut pel rei) i va negociar d'acord amb les forces polítiques de Catalunya el restabliment de la Generalitat que va tenir lloc al 23 d'octubre del mateix any.
El 29 de setembre de 1977 el president del govern deroga la llei franquista de 1938 que eliminava les institucions catalanes i restableix la Generalitat provisional. El 17 d'octubre de 1977 es nomena a Tarradellas com President de la Generalitat provisional i a Frederic Rahola com a Conseller de Presidència. Rebut solemnement a Barcelona, va constituir un govern d'unitat nacional. Tarradellas havia mantingut la institució en l'exili i representava la continuïtat històrica. Va ser l'únic governant del temps de la República Espanyola (1931- 1939) que va retornar per exercir funcions de govern en la democràcia reinstaurada. Va acabar el seu mandat amb les eleccions al Parlament de Catalunya al març de 1980; a l'abril, el Parlament va triar com President de la Generalitat Jordi Pujol.
Seva va ésser la frase que va pronunciar al baixar de l'avió que el va transporar des de l'exili quan va dir: Ciutadans de Catalunya: Ja sóc aquí
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Diversión o tortura. |
En este caso no voy a dar mi opinión, por no querer influenciar a nadie.Que cada cual saque sus propias consecuencias
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Dejar de fumar sin engordar (4ª parte) |
¿Qué pasa al dejar de fumar?
• A las 2 horas el nivel de nicotina en la sangre disminuye a niveles indetectables.
• A las 6 horas, el ritmo cardiaco y la tensión arterial comienzan a normalizarse.
• Entre 12 y 24 horas aumenta la eficacia de la sangre para transportar oxígeno, por lo que se limpia el monóxido de carbono del cuerpo y mejora el rendimiento físico.
• A los 2 días se comienza a recuperar el gusto y el olfato, se respira mejor y se tiene una sensación de euforia.
• A los 6 días la flema que contienen los pulmones se desprende y es expulsada al toser. Aunque el proceso completo tarda 3 meses.
• A las 2 semanas, llega más oxígeno a la piel y mejora la apariencia física y el estado físico general. Ya se puede comenzar a practicar los deportes favoritos.
• A los 2 meses el nivel de energía aumenta a la par que el orgullo por estar consiguiendo el objetivo: dejar de fumar.
• A los 3 meses los pulmones funcionarán normalmente. Si eres hombre el nivel de esperma se recupera totalmente y en la mujer aumenta las posibilidades de un embarazo a término, caso de querer tener un hijo.
• A los 12 meses el riesgo de muerte súbita por algún problema cardiaco se reduce a la mitad.
• A los 3 años ha disminuido el riesgo de padecer cánceres como el de vejiga, páncreas, esófago o boca.
• A los 5 años el riesgo de morir por un ataque cardiaco es idéntico al de los que no han fumado nunca.
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Dejar de fumar sin engordar (3ª parte) |
Terapias de apoyo
Por fortuna, en la actualidad contamos con varios tratamientos que logran disminuir en un 90% los efectos negativos del síndrome de abstinencia.
• Sustitutivos de la nicotina. Son los más conocidos. Evitan “el mono” al suministrar pequeñas dosis de nicotina. Los más efectivos son los parches, ya que la liberación de nicotina a través de la piel es constante sin picos y a dosis muy bajas que no generan adicción.
Los chicles y caramelos funcionan bien como apoyo a otros tratamientos y en momentos puntuales, sobre todo para fumadores con alto nivel de dependencia.
El spray nasal introduce nicotina a través de la mucosa de la nariz, por lo que se absorbe con mucha rapidez, pero puede producir irritación, especialmente los primeros días.
• Bupropion. Se trata de un medicamento aparecido recientemente, especifico para el tratamiento del tabaquismo sobre todo para tratar el síndrome de abstinencia. Disminuye los síntomas desagradables de la retirada del tabaco y minimiza el aumento de peso.
• Ansiolíticos. Se recomiendan como acompañantes de los parches, sobre todo los primeros días. Evitan la ansiedad que se produce al dejar de fumar. Está comprobado que el mayor porcentaje de abandonos definitivos se consigue cuando se combinan los ansiolíticos y los parches.
• Otros recursos complementarios. Además de los tratamientos anteriores, “la pipa de mentol” puede ser útil para aquellos que no saben qué hacer con las manos. La respiración diafragmatica es muy aconsejable, también, para combatir los instantes aislados de ansiedad.
Existen otras terapias que tradicionalmente se utilizan para abandonar el tabaco, pero su eficacia no tiene una base científica, aunque podrían facilitar el aumento de la motivación o la disminución de la ansiedad como efecto placebo.
Entre estas posibilidades, el especialista escogerá el tratamiento más adecuado en cada caso, según sea el perfil del fumador, que se prolongará como mínimo durante 6 u 8 semanas.
Fumar NO es un placer
El ex fumador debe prepararse para ganar otra batalla: la dependencia psícológica.
La dependencia psicológica consiste en atribuir al cigarrillo propiedades que no tiene, como ser relajante, producir placer, o hacer que uno se sienta mejor en determinadas situaciones. El cigarro no relaja ni es placentero en sí mismo: sólo es adictivo y nocivo para el organismo.
Cuando uno es fumador, nota un cierto nerviosismo después de estar un rato sin fumar. Al encender otro pitillo, ese nerviosismo se calma y por ello se puede asociar falsamente con un efecto relajante o placentero. Si el ex-fumador cree que el fumar le relaja volverá a hacerlo cuando pase una época difícil o de estrés. Este peligro suele aparecer entre los 3 meses y un año después de abandonar el tabaco y conviene estar preparado para ello.
Un cigarrillo no puede estabilizar el estado de ánimo, al contrario, el tabaquismo supone la desestabilización continua del estado de ánimo. Si estás pasando una mala época es mejor consultar con el médico la posibilidad de tomar algún ansiólitico y nunca, bajo ningún concepto, recurrir al cigarrillo.
Una adicción contagiosa
A pesar de que la imagen del fumador, por fortuna, cada vez está más devaluada, todavía se ejerce una fuerte presión social que muchas veces empuja al exfumador a encender de nuevo el dichoso cigarrillo. En efecto, 3 de cada 10 recaídas se deben a situaciones de presión social.
Los especialistas en tabaquismo afirman que el fumador debe crearse un escudo que le defienda socialmente del tabaco. Es importante repetir con frecuencia y en voz alta “No, gracias, no fumo” para estar preparado para cuando te ofrezcan un pitillo. En ese momento bastará con responder con las palabras mágicas. Las palabras tienen más fuerza de lo que parece. Al decirlas expresamos sentimientos que condicionan nuestra conducta.
Es importante no ocultar la decisión de dejar de fumar para así crear una red de apoyo social y familiar que refuerce tu postura. Evita que fumen en tu presencia, especialmente en las tres primeras semanas. El ver fumar a los demás puede llegar a ser “contagioso” y podrías echar al traste los logros conseguidos.
Cómo evitar las recaídas
Para evitar volver a engancharte es aconsejable seguir las siguientes recomendaciones:
• Has de mantenerte alerta durante el primer año.
• Ten confianza en tu futuro como no fumador
• Cuidado con la idea “por uno que fume no pasa nada”
• No culpes al abandono del tabaco de ninguno de tus problemas.
Con un buen apoyo dejar de fumar es fácil y, además es una experiencia muy positiva. Hay que desterrar el mito de que el exfumador está histérico, irritable, inaguantable.. No es cierto. Si las cosas se hacen bien, dejar de fumar es una de las experiencias más gratificantes que existen.
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Dejar de fumar sin engordar (2ª parte) |
¿Por qué se engorda al dejar de fumar?
Principalmente se engorda por ansiedad. El consumo de tabaco no es un hábito o un vicio, como creen algunos, el tabaquismo es una adicción. Por ello, cuando se suprime el aporte de esta droga, el organismo acostumbrado a ella, reacciona y se rebela porque le falta la dosis. Así aparecen la ansiedad, el nerviosismo, la irritabilidad... y una de las formas de calmar estas sensaciones desagradables es a través de la comida que es un ansiolítico natural. Comiendo se calma momentáneamente esa ansiedad, pero si se siguen manteniendo estas conductas, al final se logra una ganancia de peso que puede llegar a ser importante y, lo que es peor, el fumador se siente frustrado, con muy baja autoestima y vuelve a fumar, pensando que así recuperará el peso de antes. La paradoja es que el tabaco no adelgaza y después del intento se puede encontrar con bastantes kilos encima y además fumando igual que antes.
Otra de las causas que pueden producir el aumento de peso al dejar de fumar es la eliminación del alquitrán. El fumador, sobre todo el de tabaco negro, tiene tapizada la boca, la nariz y la garganta por una capa de alquitrán. Al dejar de fumar, estas estructuras se van limpiando poco a poco y así se pueden saborear y oler mejor los alimentos. Todo está más bueno y más apetitoso, con lo cual se puede llegar a comer más.
Finalmente, la nicotina aumenta el metabolismo. Es decir, el fumador habitual consume más energía al respirar, mantener la temperatura corporal, hacer la digestión, etc. que el no fumador. Por ello, si se abandona el tabaco de forma brusca, aunque se siga comiendo igual que antes, hay una tendencia a ganar algo de peso. No obstante, al cabo de un tiempo, el peso se reequilibra, siempre que, claro está, no comamos más de la cuenta. De todas formas, si comparásemos el daño que para la salud supone fumar, equivaldría a un exceso de peso de unos 40 kilos.
Superar “el mono”
Son muy pocos los que consiguen dejar de fumar sin una estrategia prefijada y una terapia de ayuda, la gran mayoría necesita un plan de apoyo.
Dejarlo “por narices” es un error. Al final resulta que te has peleado con todos y encima has recaído. Está claro que el tabaco es una droga, y para desintoxicarse y deshabituarse de cualquier droga hay que hacer un tratamiento: tomar unos fármacos, seguir una terapia... Este tratamiento no va a ser para siempre, es sólo temporal, durante unas semanas, hasta lograr controlar el síndrome de abstinencia, lo que se conoce popularmente como “el mono”. Las dosis se irán reduciendo paulatinamente y, al final, se consiguen mejores resultados y el índice de abandono definitivo del tabaquismo es más alto.
Fumar no es un mal hábito que se abandona con fuerza de voluntad. Fumar es una adicción que necesita un tratamiento para poder abandonarla con éxito. La supresión brusca de la nicotina genera un síndrome de abstinencia que puede durar dos o tres meses.
Los síntomas más comunes que suelen presentarse al dejar de fumar son: irritabilidad, ansiedad, apetito compulsivo, insomnio, dolor de cabeza, depresión leve, cansancio y, sobre todo, deseo incontrolado de fumar. Estos síntomas son muy fuertes los primeros días y luego, poco a poco van disminuyendo.
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